EL PODER DEL NARCOTRÁFICO NO TIENE LÍMITES
Los reyes del tráfico de drogas en el país
Dalton Herrera
Santo Domingo
Aparentaban ser hombres de negocios, empresarios de alto calibre que simulaban interés en la política dominicana pero que tras bambalinas acumularon grandes riquezas a base del narcotráfico, la extorsión, el sicariato, la corrupción y el vínculo con la mafia colombiana y otras naciones; tal como lo hizo el cubano Willie Falcón en la década de los 80’ en Estados Unidos, recientemente deportado de ese país a República Dominicana tras cumplir 20 años de reclusión por tráfico de drogas.
Eran individuos que con carisma y habilidad lograron ingresar a las altas esferas de la clase social dominicana, tales como Quirino Ernesto Paulino Castillo, José David Figueroa Agosto y Arturo del Tiempo Márquez.
Otros actuaban bajo el amparo del ocultamiento y el trabajo sucio como Rolando Florián Féliz, Winston Rizik, Matías Avelino Castro, Ramón del Rosario Puente (Toño Leña) y actualmente el prófugo más buscado por las autoridades dominicanas; Pedro Alejandro Castillo Paniagua alias “Quirinito”.
El reciente asesinato del abogado y pastor Santo Cedeño del Rosario, ocurrido en la provincia La Romana el 17 de octubre de este año, aparentemente confundido por Julin Cabrera, hermano del presunto narcotraficante Jesús Pascual Cabrera, evidencia el alcance y el poder que posee el crimen organizado, incluso con los criminales tras las rejas.
El primer gran capo
Florián Féliz es el ejemplo de que, sin importar la condena de 20 años que pesaba en su contra, el narcotráfico puede hacer de todo en el país.
Su captura el 8 de junio de 1996 por traficar con 953 kilos de cocaína desde Panamá, no evitó que desde la cárcel este orquestara el secuestro y asesinato de Víctor Féliz Matos, hijo del senador Augusto Féliz.
El misterio de su asesinato en la cárcel Najayo, el 17 de mayo de 2009, luego de purgar 13 años en prisión, lo convirtió en un personaje casi mitológico a tal punto que hasta rodaje de películas se han hecho de su vida.
Escándalo
El 18 de diciembre de 2004, el país se vio nuevamente sacudido por el grado de penetración que tenía el narcotráfico en República Dominicana.
Aquel día Quirino Ernesto Paulino Castillo estaba tranquilo. Todo le salía como había planificado. El retraso inicial estaba resuelto y no tenía motivos para dudar que “coronaría” los 1,387 kilos de cocaína que trasladaba hacia Santiago de los Caballeros, para posteriormente enviarlos a Estados Unidos.
Sin embargo, desconocía que había otro plan: agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas, con el apoyo de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), le tenían montado un operativo de vigilancia, que incluía la grabación de sus conversaciones con los involucrados en el transporte de estupefacientes.
En plena jornada, y de manera simultánea, fue apresado junto a Lidio Arturo Nin Terrero y otros que realizaban el operativo.
Luego de ser extraditado a Estados Unidos y cumplir 10 años de prisión, fue repatriado en marzo de 2015 tras haber logrado una reducción, a raíz de negociaciones con los fiscales federales y su buen comportamiento en el Centro de Detención Correccional de Brooklyn (CMC).
Siguiendo el patrón de los grandes narcotraficantes colombianos, Quirino se había convertido en el benefactor de poblaciones de San Juan de la Maguana y Comendador.
EL PAÍS SE MANTUVO EN VILO
El 17 de julio de 2010, culminaba una de las más feroces persecuciones en contra de un narcotraficante que logró imponer el terror durante un año mediante asesinatos selectivos en República Dominicana.
Y aunque las autoridades dominicanas no fueron las vencedoras, ya que no fue aquí sino en Puerto Rico que fue arrestado el capo José David Figueroa Agosto, la nación pudo sentir cierto alivio.
El poderoso narcotraficante pudo vivir en el país durante diez años con varias identidades, y además logró tejer una gran red de complicidad de un poder tal que le permitía moverse y realizar sus actividades delincuenciales sin ningún tipo de problemas.
Hasta que el 4 de septiembre de 2009, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la Fiscalía del Distrito Nacional anunciaban el decomiso de 4.6 millones de dólares en una jeepeta que se encontraba en un edificio del sector La Esperilla de la capital.
Desde la clandestinidad, Figueroa Agosto dirigió una banda de sicarios que se dedicaron a matar personas que habían estado vinculadas a la red de narcotráfico del capo boricua.
Figueroa Agosto se declaró culpable el 27 de marzo de 2012 de liderar una organización de narcotraficantes que importaba droga a Puerto Rico, tras llegar a un acuerdo con el Ministerio Público.
Por tal razón, fue condenado a 30 años de prisión en 2017.
Acogida
Gobierno informa Falcón está bajo custodia del DNI
Santo DomingoEl gobierno informó anoche que el excarcelado narcotraficante de origen cubano Augusto (Willie) Falcón llegó al país procedente de Estados Unidos y permanecerá bajo custodia del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI).
En una declaración conjunta difundida por la Dirección de Comunicaciones de la Presidencia de la República, el Ministerio de Interior y Policía, la Procuraduría General de la República y la Policía Nacional expresan que Falcón estará en el país en forma transitoria, “por solicitud que hiciera una agencia de seguridad del gobierno de Estados Unidos a la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI)”.
Agrega que “el exconvicto por narcotráfico y lavado de dinero” estará en el país “a la espera de que se defina su destino final”.
La declaración señala que “al momento de su llegada por avión a nuestro país, el señor Falcón lo hizo en compañía de 60 deportados dominicanos”.
No obstante, la información preliminar fue que Falcón llegó al país el día 6 de este mes y en esa fecha la cantidad de repatriados sumó 80 expresidiarios. El comunicado puntualiza que “las instituciones del gobierno reiteraron, de manera enfática, que la permanencia del señor Falcón será puramente transitoria y, que en ningún momento, la República Dominicana será su destino final”.
Habla director del DNI
Más temprano ayer, el almirante retirado Sigfrido Pared Pérez, director del DNI, había declarado a Noticias SIN que Falcón llegó al país el pasado 6 de este mes, tras un acuerdo con los Estados Unidos, donde cumplió una condena de 20 años de prisión por narcotráfico.
“Nosotros hicimos la solicitud a Migración para que venga a República Dominicana porque es de interés nuestro tener a esa persona aquí en República Dominicana para asuntos que tienen que ver con nuestro departamento”, afirmó Pared Pérez.
Agregó que “ese señor está en plena libertad, recordemos que él cumplió condena y él puede ir a cualquier parte del mundo como tal. Simplemente nosotros lo tenemos aquí porque nos interesa tener contacto con él y saber algunas cosas naturalmente de la época en la cual participaba en actividades por las que fue condenado”.
El director del DNI explicó que “no hay ningún tipo de temor que él pueda tener algún tipo de vinculación con la delincuencia internacional actual”.
Embajadora no sabía nada
Ayer, la embajadora estadounidense en República Dominicana, Robin Bernstein, dijo no ofrecería ninguna opinión respecto al envío desde su país de Falcón, argumentando que se enteró en horas de la mañana de la jornada. Bernstein habló en estos términos en el Almuerzo de Acción de Gracias de la Cámara Americana de Comercio, donde definió la seguridad como una de sus principales prioridades en su recién iniciada gestión diplomática en el país.
Señaló como un reto compartido la seguridad ciudadana e indicó que alrededor de una docena de agencias federales están involucradas en los esfuerzos locales para combatir el narcotráfico, el crimen organizado y fortalecer las instituciones.
LÍDER DE UNA PELIGROSA BANDA DE DELINCUENTES
Augusto “Willy” Falcón, uno de los integrantes de la banda conocida como “Cocaine Cowboys” (vaqueros de la cocaína), fue uno de los principales narcotraficantes que ayudó a convertir a Miami en la capital de la cocaína en Estados Unidos entre las décadas de los años setenta, ochenta y noventa.
Falcón fue enviado a República Dominicana el 6 de noviembre luego de cumplir una condena de 20 años de prisión por narcotráfico en Estados Unidos, por integrar la peligrosa banda de tráfico denominada como los “Cocaine Cowboys”. El caso fue destapado por la prensa de Estados Unidos que dio a conocer que Falcón, tras salir de la cárcel, pidió no ser regresado a Cuba porque consideraba que sería objeto de vejámenes por su participación en un complot para intentar asesinar a Fidel Castro junto con la CIA.
Situación de extranjeros
DNI actuó en caso de seis etarras en 1998
Santiago Benjamín de la Cruz
Santo Domingo
Sigfrido Pared Pérez, el director del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), desempeñó ese cargo hace 20 años cuando sonó el caso de extranjeros vinculados en diferentes delitos, y que el país los recibió de manera transitoria.
En 1998, Pared Pérez era el responsable de la seguridad de los dos miembros del Grupo Separatista Vasco (ETA), quienes se encontraban en el país desde 1989, a solicitud del gobierno de España, tras fracasar las conversaciones de paz, por estar involucrados en crímenes y terrorismo.
Belén González y Ángel Iturbe Abasolo burlaron la vigilancia de dos agentes del DNI que custodiaban la residencia donde vivían, en un sector residencial próximo al Acuario Nacional. Un año antes de su desaparición, en agosto de 1997, otros cuatro miembros de los ETA fueron entregados a la justicia española por el gobierno dominicano, y luego sentenciados.
A inicios de este mes, el director del DNI ejecutó el acuerdo para el envío al país del narco cubano-norteamericano Augusto Falcón (Willie), quien cumplió una condena de veinte años por narcotráfico y lavado de dinero en Estados Unidos.
En 1998, bajo la gestión de gobierno de Leonel Fernández, Pared Pérez, cuya dirección del DNI, entonces a su cargo, tenía la misión de vigilar a los miembros de ETA, manifestó que los etarras habrían usado documentos falsos para salir del país. Lo último que se supo de estos etarras fue que Belén González dejó sobre la cama de la habitación donde dormía una nota manuscrita advirtiendo de que tanto ella como Iturbe Abasolo se habían ido a la playa, pero nunca regresaron.
Estadía en el país
En octubre de 1989, los seis miembros de ETA fueron trasladados desde una casa en la Abraham Lincoln a una cercana al malecón. En ese domicilio tenían más libertad de acciones, y les fue permitido el contacto con sus vecinos.
Para agosto de 1991, estos llegaron a una casa en el sector Los Ríos, pero no tenían vecindario próximo.
A finales de 1993, fueron trasladados a una vivienda de la urbanización Ureña, en la prolongación de la 27 de Febrero, y los residentes en esa zona se movilizaron porque no querían problemas, ya que se enteraron de la procedencia de sus nuevos vecinos.
El último lugar en que vivieron, y donde fueron trasladados Iturbe y González, está ubicado en Alma Rosa II, en la zona Oriental. Durante la estadía en esa residencia se produjo la repatriación de Juan Manuel Soares y las expulsiones de los otros tres. González e Iturbe se quedaron viviendo solos, pero vigilados por el DNI, en un apartamento del barrio Brisas del Mar, próximo al Acuario Nacional, de donde desaparecieron en 1998.
El papel que jugó Pared Pérez en el caso, ocurrido en 1998, fue de supervisar a los deportados, mientras que ahora le tocó ejecutar el acuerdo para recibir aquí al narco Augusto Falcón, oriundo de Cuba.